El tacto es uno de los sentidos más poderosos del ser humano, a través de él nos ponemos en relación con el entorno y nos brinda información profunda sobre lo que nos rodea.
A partir del ejercicio de la dinámica multisensorial podemos afirmar que el tacto fue el sentido más utilizado al momento de reconocer el objeto, hasta el punto de recaer en este sentido varias veces en búsqueda de información, por lo que se convierte en el sentido más cognoscitivo y de mayor apoyo para el reconocimiento, cuando se carece del sentido de la vista.
En la tercera edad los procesos sensoriales pueden sufrir de una decadencia, por lo que es recomedable no dejar de estimular estos sentidos. Cabe nombrar que a parte del tacto, se está trabajando la memoria al generar en ellos una cantidad de ideas que podrían ser el objeto en cuestión.
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